Ciudad de Fortalezas y Leyendas

El pueblo de Kermán se encuentra entre los pioneros en el descubrimiento de la metalurgia. Tal-e Eblis, próximo a Kermán, se considera uno de los más antiguos centros de fundición de cobre en el mundo. Los pobladores de lo que hoy es la actual provincia de Kermán, junto a otros de la Edad del Cobre en Irán y Mesopotamia, marcaron el camino hacia sociedades complejas y asentaron los cimientos de la civilización. Esta evolución se puede rastrear con nitidez en los montículos históricos de Yahya y Shahdad, localizaciones en las que se ha descubierto el primer estandarte comercial del mundo. La bandera, datada en el milenio IV a.C., fue utilizada como enseña por los comerciantes de la ruta del lapislázuli, que transportaban piedras preciosas y semipreciosas desde el este de Irán a las ciudades elamitas, sumerias y egipcias.

Kermán cuenta además con el atractivo de ciertos espectaculares paisajes que invitan al viajero a volver. Ubicado junto al maravilloso desierto de Lut, Kermán está a 1.755 m. de altitud, bajo vastos cielos turquesa y rodeada de montañas. La historia de Kermán está entrelazada con las leyendas de la Ruta de la Seda. La ciudad se erigió originariamente como un baluarte y las Fortalezas de Qal-e Dojtar y Ardeshir sobre sus laderas dan fe de aquellos tiempos y relatan historias en torno a los cambios de poder entre las dinastías de los partos y de los sasánidas.

Según nos dice la historia de Qal-e Dojtar, Kermán se conocía como Govashir en la época de los partos antes del siglo III, hasta que en una ocasión la hija de Haftvad, el rey de la ciudad, encontró un gusano en una manzana. Ella consideró la criatura como un agüero de buena suerte. Dándose cuenta del valor del gusano, Haftvad preparó un lugar adecuado para protegerlo y, a cambio, el gusano le proporcionó una fortuna. Cuando Ardeshir, el rey sasánida, se enteró de la riqueza de Haftvad, consiguió envenenar al gusano con engaños y de esa forma acabó con el reinado de Haftvad y sus siete hijos. Ferdowsi, el famoso poeta iraní del siglo X, relaciona el término de Kermán con este gusano (Kerm en la lengua persa) que probablemente tiene su origen en cuentos fantásticos chinos sobre la producción de seda en China y en cómo se desveló su secreto.

Otros eruditos relacionan el nombre de Kermán con “Karam”, la palabra persa para generosidad, y hablan de Kermán como ciudad de gente generosa. El nombre de Kermán además se ha asociado con una variedad de antiguos términos; por ejemplo, el puerto elamita de Magan o Makkan, que también representa la región de Makran, se supone que estaba vinculado con la región de Kermán.

Sin embargo, la referencia más clara al nombre de Kermán la constituye el término “Kermania” que aparece en la historia de Heródoto y en las tablillas aqueménidas. Las historias post-islámicas también nos ofrecen datos acerca de la historia de esta ciudad. Un ejemplo interesante entre estas historias es el relativo a Turkán Jatun, la reina del Kanato de Kara-kitai en el siglo XI, en el cual se detalla cómo ella bailó con su hijastro ebrio y a causa de ello se originó una serie de acontecimientos que cambiaron la historia de Kermán. Como aficionada a la literatura y a la ciencia, ella hizo numerosas contribuciones a la ciudad, tales como Gob-e Sabz (Madrasa de Turkán Jatun) y una excelente versión de Corán, que se registró como patrimonio cultural nacional.

En Kermán se halla también un gran número de monumentos de la época islámica, cada uno de los cuales ofrece a los visitantes características únicas, tales como la Cúpula de Yabaliye hecha en la época Selyúcida, el complejo de Ganj-Ali-Jan del gobierno Safávida y el complejo de Vakil construido en la era Qayar. El monumento más reciente es el hospital de Morsalin, fundado por misioneros cristianos a finales de la dinastía Qayar, que representa los tiempos modernos en Irán. Disponiendo de siete lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, Kermán es una ciudad que sumerge a sus visitantes en la cultura y la historia.

Kermán

El pueblo de Kermán se encuentra entre los pioneros en el descubrimiento de la metalurgia. Tal-e Eblis, próximo a Kermán, se considera uno de los más antiguos centros de fundición de cobre en el mundo. Los pobladores de lo que hoy es la actual provincia de Kermán, junto a otros de la Edad del Cobre en Irán y Mesopotamia, marcaron el camino hacia sociedades complejas y asentaron los cimientos de la civilización. Esta evolución se puede rastrear con nitidez en los montículos históricos de Yahya y Shahdad, localizaciones en las que se ha descubierto el primer estandarte comercial del mundo. La bandera, datada en el milenio IV a.C., fue utilizada como enseña por los comerciantes de la ruta del lapislázuli, que transportaban piedras preciosas y semipreciosas desde el este de Irán a las ciudades elamitas, sumerias y egipcias.

Kermán cuenta además con el atractivo de ciertos espectaculares paisajes que invitan al viajero a volver. Ubicado junto al maravilloso desierto de Lut, Kermán está a 1.755 m. de altitud, bajo vastos cielos turquesa y rodeada de montañas. La historia de Kermán está entrelazada con las leyendas de la Ruta de la Seda. La ciudad se erigió originariamente como un baluarte y las Fortalezas de Qal-e Dojtar y Ardeshir sobre sus laderas dan fe de aquellos tiempos y relatan historias en torno a los cambios de poder entre las dinastías de los partos y de los sasánidas.

Según nos dice la historia de Qal-e Dojtar, Kermán se conocía como Govashir en la época de los partos antes del siglo III, hasta que en una ocasión la hija de Haftvad, el rey de la ciudad, encontró un gusano en una manzana. Ella consideró la criatura como un agüero de buena suerte. Dándose cuenta del valor del gusano, Haftvad preparó un lugar adecuado para protegerlo y, a cambio, el gusano le proporcionó una fortuna. Cuando Ardeshir, el rey sasánida, se enteró de la riqueza de Haftvad, consiguió envenenar al gusano con engaños y de esa forma acabó con el reinado de Haftvad y sus siete hijos. Ferdowsi, el famoso poeta iraní del siglo X, relaciona el término de Kermán con este gusano (Kerm en la lengua persa) que probablemente tiene su origen en cuentos fantásticos chinos sobre la producción de seda en China y en cómo se desveló su secreto.

Otros eruditos relacionan el nombre de Kermán con “Karam”, la palabra persa para generosidad, y hablan de Kermán como ciudad de gente generosa. El nombre de Kermán además se ha asociado con una variedad de antiguos términos; por ejemplo, el puerto elamita de Magan o Makkan, que también representa la región de Makran, se supone que estaba vinculado con la región de Kermán.

Sin embargo, la referencia más clara al nombre de Kermán la constituye el término “Kermania” que aparece en la historia de Heródoto y en las tablillas aqueménidas. Las historias post-islámicas también nos ofrecen datos acerca de la historia de esta ciudad. Un ejemplo interesante entre estas historias es el relativo a Turkán Jatun, la reina del Kanato de Kara-kitai en el siglo XI, en el cual se detalla cómo ella bailó con su hijastro ebrio y a causa de ello se originó una serie de acontecimientos que cambiaron la historia de Kermán. Como aficionada a la literatura y a la ciencia, ella hizo numerosas contribuciones a la ciudad, tales como Gob-e Sabz (Madrasa de Turkán Jatun) y una excelente versión de Corán, que se registró como patrimonio cultural nacional.

En Kermán se halla también un gran número de monumentos de la época islámica, cada uno de los cuales ofrece a los visitantes características únicas, tales como la Cúpula de Yabaliye hecha en la época Selyúcida, el complejo de Ganj-Ali-Jan del gobierno Safávida y el complejo de Vakil construido en la era Qayar. El monumento más reciente es el hospital de Morsalin, fundado por misioneros cristianos a finales de la dinastía Qayar, que representa los tiempos modernos en Irán. Disponiendo de siete lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, Kermán es una ciudad que sumerge a sus visitantes en la cultura y la historia.

Kermán

El pueblo de Kermán se encuentra entre los pioneros en el descubrimiento de la metalurgia. Tal-e Eblis, próximo a Kermán, se considera uno de los más antiguos centros de fundición de cobre en el mundo. Los pobladores de lo que hoy es la actual provincia de Kermán, junto a otros de la Edad del Cobre en Irán y Mesopotamia, marcaron el camino hacia sociedades complejas y asentaron los cimientos de la civilización. Esta evolución se puede rastrear con nitidez en los montículos históricos de Yahya y Shahdad, localizaciones en las que se ha descubierto el primer estandarte comercial del mundo. La bandera, datada en el milenio IV a.C., fue utilizada como enseña por los comerciantes de la ruta del lapislázuli, que transportaban piedras preciosas y semipreciosas desde el este de Irán a las ciudades elamitas, sumerias y egipcias.

Kermán cuenta además con el atractivo de ciertos espectaculares paisajes que invitan al viajero a volver. Ubicado junto al maravilloso desierto de Lut, Kermán está a 1.755 m. de altitud, bajo vastos cielos turquesa y rodeada de montañas. La historia de Kermán está entrelazada con las leyendas de la Ruta de la Seda. La ciudad se erigió originariamente como un baluarte y las Fortalezas de Qal-e Dojtar y Ardeshir sobre sus laderas dan fe de aquellos tiempos y relatan historias en torno a los cambios de poder entre las dinastías de los partos y de los sasánidas.

Según nos dice la historia de Qal-e Dojtar, Kermán se conocía como Govashir en la época de los partos antes del siglo III, hasta que en una ocasión la hija de Haftvad, el rey de la ciudad, encontró un gusano en una manzana. Ella consideró la criatura como un agüero de buena suerte. Dándose cuenta del valor del gusano, Haftvad preparó un lugar adecuado para protegerlo y, a cambio, el gusano le proporcionó una fortuna. Cuando Ardeshir, el rey sasánida, se enteró de la riqueza de Haftvad, consiguió envenenar al gusano con engaños y de esa forma acabó con el reinado de Haftvad y sus siete hijos. Ferdowsi, el famoso poeta iraní del siglo X, relaciona el término de Kermán con este gusano (Kerm en la lengua persa) que probablemente tiene su origen en cuentos fantásticos chinos sobre la producción de seda en China y en cómo se desveló su secreto.

Otros eruditos relacionan el nombre de Kermán con “Karam”, la palabra persa para generosidad, y hablan de Kermán como ciudad de gente generosa. El nombre de Kermán además se ha asociado con una variedad de antiguos términos; por ejemplo, el puerto elamita de Magan o Makkan, que también representa la región de Makran, se supone que estaba vinculado con la región de Kermán.

Sin embargo, la referencia más clara al nombre de Kermán la constituye el término “Kermania” que aparece en la historia de Heródoto y en las tablillas aqueménidas. Las historias post-islámicas también nos ofrecen datos acerca de la historia de esta ciudad. Un ejemplo interesante entre estas historias es el relativo a Turkán Jatun, la reina del Kanato de Kara-kitai en el siglo XI, en el cual se detalla cómo ella bailó con su hijastro ebrio y a causa de ello se originó una serie de acontecimientos que cambiaron la historia de Kermán. Como aficionada a la literatura y a la ciencia, ella hizo numerosas contribuciones a la ciudad, tales como Gob-e Sabz (Madrasa de Turkán Jatun) y una excelente versión de Corán, que se registró como patrimonio cultural nacional.

En Kermán se halla también un gran número de monumentos de la época islámica, cada uno de los cuales ofrece a los visitantes características únicas, tales como la Cúpula de Yabaliye hecha en la época Selyúcida, el complejo de Ganj-Ali-Jan del gobierno Safávida y el complejo de Vakil construido en la era Qayar. El monumento más reciente es el hospital de Morsalin, fundado por misioneros cristianos a finales de la dinastía Qayar, que representa los tiempos modernos en Irán. Disponiendo de siete lugares declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, Kermán es una ciudad que sumerge a sus visitantes en la cultura y la historia.

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