La Ciudad de las Cisternas

En la época en la que Jean Chardin inició su periplo por Irán a finales del siglo XVII, Qazvin se conocía entre la gente como Dar-ol-Saltane (sultanato) desde que adquirió la capitalidad de la dinastía safávida (1501- 1736) antes de Isfahán. Chardin relata que Qazvin se llamó una vez Europa, el nombre de una diosa griega, que se convirtió en Arsaces con la ascensión al poder de los partos (247 a.C.- 224 d.C.). Él además señala, basándose en los escritos del historiador griego Estrabón, que el término de “Qazvin” proviene de los Kasitas, los pobladores que habitaban en el área del Mar Caspio y dominaron Mesopotamia durante un extenso periodo de tiempo.

La arquitectura de la ciudad antigua de Qazvin constituye una mezcla de estilos de los períodos Safávida (1501- 1736) y Qayar (1796- 1925). Las famosas entradas conocidas como Puertas de Kushk y de Teherán están revestidas con preciosas azulejerías. Para apreciar en su justa medida la Qazvin de la época Safávida, podemos remitirnos a Adam Olearius, viajero y  traductor alemán de las obras del afamado poeta iraní llamado Sa’adi, que nos narra su visita: “Después de algunas salvas de ordenanza, quince chicas jóvenes a caballo vinieron hacia nosotros desde Qazvin. Iban ataviadas con joyas de valor incalculable y coloridas vestimentas de seda sin velo (lo cual iba contra sus tradiciones) como gesto de acatamiento. Ellas nos dieron la bienvenida con cálidas sonrisas y ejecutaron una magnífica ceremonia de bienvenida con música, trucos de magia y juegos en la plaza central de la ciudad… Qazvin cuenta con dos plazas principales, llamadas A’at Meidani (plaza del caballo) y Zangue Meidan, rodeadas de grandes bazares”.

Hubo una famosa calle que se alargaba desde la plaza de Zangue hasta la Ciudadela Real; hoy en día la Puerta de Ali Qapu aún refleja la grandeza del Qazvin de entonces. En las proximidades se encuentra el palacio de Chehel-Sotun, un palacio que cuenta con cuarenta columnas, y pone de manifiesto la similitud entre las tres capitales de los safávidas en Tabriz, Qazvin, e Isfahán. Más adelante a lo largo de la misma ruta se encuentra el Gran Hotel, el primer hotel moderno construido en Irán a finales de la era Qayar, integrando los estilos arquitectónicos persa y europeo. Asimismo se ve una variedad de atracciones pre- safávidas en Qazvin, incluyendo su mezquita Yame, una reliquia del período Selyúcida (1037- 1194). Finalmente, si bien no por ello menos importante, la ciudad es conocida por sus antiguas cisternas, algunas de la cuales se consideran las más grandes de Irán.

Qazvin

En la época en la que Jean Chardin inició su periplo por Irán a finales del siglo XVII, Qazvin se conocía entre la gente como Dar-ol-Saltane (sultanato) desde que adquirió la capitalidad de la dinastía safávida (1501- 1736) antes de Isfahán. Chardin relata que Qazvin se llamó una vez Europa, el nombre de una diosa griega, que se convirtió en Arsaces con la ascensión al poder de los partos (247 a.C.- 224 d.C.). Él además señala, basándose en los escritos del historiador griego Estrabón, que el término de “Qazvin” proviene de los Kasitas, los pobladores que habitaban en el área del Mar Caspio y dominaron Mesopotamia durante un extenso periodo de tiempo.

La arquitectura de la ciudad antigua de Qazvin constituye una mezcla de estilos de los períodos Safávida (1501- 1736) y Qayar (1796- 1925). Las famosas entradas conocidas como Puertas de Kushk y de Teherán están revestidas con preciosas azulejerías. Para apreciar en su justa medida la Qazvin de la época Safávida, podemos remitirnos a Adam Olearius, viajero y  traductor alemán de las obras del afamado poeta iraní llamado Sa’adi, que nos narra su visita: “Después de algunas salvas de ordenanza, quince chicas jóvenes a caballo vinieron hacia nosotros desde Qazvin. Iban ataviadas con joyas de valor incalculable y coloridas vestimentas de seda sin velo (lo cual iba contra sus tradiciones) como gesto de acatamiento. Ellas nos dieron la bienvenida con cálidas sonrisas y ejecutaron una magnífica ceremonia de bienvenida con música, trucos de magia y juegos en la plaza central de la ciudad… Qazvin cuenta con dos plazas principales, llamadas A’at Meidani (plaza del caballo) y Zangue Meidan, rodeadas de grandes bazares”.

Hubo una famosa calle que se alargaba desde la plaza de Zangue hasta la Ciudadela Real; hoy en día la Puerta de Ali Qapu aún refleja la grandeza del Qazvin de entonces. En las proximidades se encuentra el palacio de Chehel-Sotun, un palacio que cuenta con cuarenta columnas, y pone de manifiesto la similitud entre las tres capitales de los safávidas en Tabriz, Qazvin, e Isfahán. Más adelante a lo largo de la misma ruta se encuentra el Gran Hotel, el primer hotel moderno construido en Irán a finales de la era Qayar, integrando los estilos arquitectónicos persa y europeo. Asimismo se ve una variedad de atracciones pre- safávidas en Qazvin, incluyendo su mezquita Yame, una reliquia del período Selyúcida (1037- 1194). Finalmente, si bien no por ello menos importante, la ciudad es conocida por sus antiguas cisternas, algunas de la cuales se consideran las más grandes de Irán.

Qazvin

En la época en la que Jean Chardin inició su periplo por Irán a finales del siglo XVII, Qazvin se conocía entre la gente como Dar-ol-Saltane (sultanato) desde que adquirió la capitalidad de la dinastía safávida (1501- 1736) antes de Isfahán. Chardin relata que Qazvin se llamó una vez Europa, el nombre de una diosa griega, que se convirtió en Arsaces con la ascensión al poder de los partos (247 a.C.- 224 d.C.). Él además señala, basándose en los escritos del historiador griego Estrabón, que el término de “Qazvin” proviene de los Kasitas, los pobladores que habitaban en el área del Mar Caspio y dominaron Mesopotamia durante un extenso periodo de tiempo.

La arquitectura de la ciudad antigua de Qazvin constituye una mezcla de estilos de los períodos Safávida (1501- 1736) y Qayar (1796- 1925). Las famosas entradas conocidas como Puertas de Kushk y de Teherán están revestidas con preciosas azulejerías. Para apreciar en su justa medida la Qazvin de la época Safávida, podemos remitirnos a Adam Olearius, viajero y  traductor alemán de las obras del afamado poeta iraní llamado Sa’adi, que nos narra su visita: “Después de algunas salvas de ordenanza, quince chicas jóvenes a caballo vinieron hacia nosotros desde Qazvin. Iban ataviadas con joyas de valor incalculable y coloridas vestimentas de seda sin velo (lo cual iba contra sus tradiciones) como gesto de acatamiento. Ellas nos dieron la bienvenida con cálidas sonrisas y ejecutaron una magnífica ceremonia de bienvenida con música, trucos de magia y juegos en la plaza central de la ciudad… Qazvin cuenta con dos plazas principales, llamadas A’at Meidani (plaza del caballo) y Zangue Meidan, rodeadas de grandes bazares”.

Hubo una famosa calle que se alargaba desde la plaza de Zangue hasta la Ciudadela Real; hoy en día la Puerta de Ali Qapu aún refleja la grandeza del Qazvin de entonces. En las proximidades se encuentra el palacio de Chehel-Sotun, un palacio que cuenta con cuarenta columnas, y pone de manifiesto la similitud entre las tres capitales de los safávidas en Tabriz, Qazvin, e Isfahán. Más adelante a lo largo de la misma ruta se encuentra el Gran Hotel, el primer hotel moderno construido en Irán a finales de la era Qayar, integrando los estilos arquitectónicos persa y europeo. Asimismo se ve una variedad de atracciones pre- safávidas en Qazvin, incluyendo su mezquita Yame, una reliquia del período Selyúcida (1037- 1194). Finalmente, si bien no por ello menos importante, la ciudad es conocida por sus antiguas cisternas, algunas de la cuales se consideran las más grandes de Irán.

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